Y se vuelve todo oscuro, y solo queda un solo de violín y terciopelo rojo. Ya solo alcanzas a escuchar el sonido de unos zapatos que se arrastran por el pasillo, y un niño que corre con la mano extendida rozando la pared, y tus pies descalzos dejan una huella fría y una vida que nadie sigue, que nadie hace arder.
¿Gritar? ¿llorar? ¿para qué?,…elijo vivir, seguir andando, sentir el frío en los talones, soltar manos y rozar en la lejanía las yemas de tus dedos, vivir por un parpadeo en los sueños de otro, llenar el alma de letras que alguien escribió en silencio,….y ¿por qué no? escribirlas yo.